Por Leonardo Bastida Aguilar
“¡No somos uno, no somos cien, cuéntanos bien!” es una de las consignas más repetidas a todo lo largo de la República Mexicana en las diferentes marchas del Orgullo y la Diversidad LGBT celebradas en múltiples rincones del país durante todo el año, en las que los contingentes son cada vez más nutridos, multicolores, plurigenéricos, no binaries, cuir y emocionalmente diversos.
En la frase hay cierto asomo de realidad, pues hasta 2021, por primera vez en la historia de México, se generó una estadística oficial referente a las poblaciones LGBT, en la que se estimó que 5.1 millones de personas mayores de 15 años en el país se identifican como integrantes de este sector, es decir, una de cada 20.
Elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y Género (Endiseg 2021) mostró que más de dos millones de personas LGBT se autoidentificó como bisexual; seguida de gays u homosexuales, con un millón, y casi medio millón, como lesbianas. Sobre la identidad de género, más de medio millón de personas considera que no vive conforme a la misma y casi 300 mil personas se asumieron como transexual o transgénero.
La República Mexicana es un crisol de diversidad, por varias cuestiones, y en cuanto a la orientación sexual e identidad de género, la entidad donde más concentración de población hay es el Estado de México con más de 480 mil personas, y en el sitio en el que menos es Baja California Sur con 33 mil.
Antecedentes
Los primeros datos estadísticos emitidos por una instancia gubernamental con respecto a la diversidad fueron aquellos referentes a la no discriminación, recolectados por medio de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2005, y sus actualizaciones en 2010 y 2017, elaboradas por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). En éstas, se preguntaba a la población general si permitiría que en su casa viviera una persona abiertamente homosexual. A quienes se identificaban como integrantes de las poblaciones de la diversidad se les cuestionaba si habían sufrido o no un acto de discriminación en su contra. Y también se pretendían ubicar los lugares donde más ocurrían estos actos de discriminación.
De manera más específica, en 2018, se aplicó la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género, promovida por Conapred y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con el objetivo de “conocer las condiciones de discriminación estructural y de violencia que enfrentan las personas con orientaciones sexuales o identidades de género no normativas”, pues se aplicó directamente en las poblaciones LGBT, por lo que les dio voz. Algunos de los temas abordados fueron la autopercepción, los vínculos familiares, el espacio educativo, el espacio laboral, los entornos sociales, la percepción de la discriminación, la negación de derechos y servicios y el acceso a servicios de salud, principalmente.
La Encuesta Nacional sobre Diversidad y Género 2021 es la primera radiografía completa que se reliza en las poblaciones sexodiversas, tomando en cuenta no sólo la orientación sexual, sino también la identidad, para incluir a la mayor diversidad posible.
Dos años más tarde, se presentó la primera encuesta específica sobre una de las poblaciones LGBT elaborada por un ente gubernamental y la sociedad civil organizada. Dicho documento fue Discriminación y violencia contra personas intersex: resultados de la encuesta intersex, que obtuvo datos sobre la asignación del sexo y la identidad de género al nacer para las personas intersexuales, los procesos de autodescubrimiento, la variación y el diagnóstico médico, la aplicación de cirugías innecesarias, acceso a expedientes médicos y experiencias de discriminación.
Antes de estas encuestas, algunas instituciones académicas habían comenzado a obtener algunos datos estadísticos, pero de manera muy aislada. Por ejemplo, en 2012, la UNAM y el Instituto de la Juventud estimaron que 3.6 por ciento de los jóvenes en México se identifica como homosexual (1.5 por ciento), bisexual (1.4 por ciento) o lesbiana (0.7 por ciento).
Un análisis del censo de 2010, elaborado por investigadoras de la UNAM y El Colegio de México mostró que en el país había 229 mil 473 hogares liderados por parejas del mismo sexo. Tres cuartas partes de dichas familias tenían hijos e hijas, y representaban 0.6 por ciento del total de familias a nivel nacional.
En el caso de la Endiseg 2021, se realizó del 23 de agosto de 2021 al 16 de enero de 2022 en cerca de 44 mil viviendas de todo México, además de un levantamiento web en el que participaron 14 mil 364 personas.
Otras experiencias
Al menos, desde 2005, es posible tener datos estadísticos de las poblaciones LGBT en Estados Unidos, donde recientemente se aplicó una encuesta para conocer las afectaciones de la COVID-19 en ese sector demográfico. Otros datos con los que cuenta la Oficina de Censos de la nación norteamericana son radiografías muy extensas sobre la vida y dinámica de las parejas del mismo sexo.
Para 2030, en un hecho inédito, la dependencia estadunidense ha convocado a una consulta popular para la revisión de las preguntas que se aplicarán, a través de la cual ha recibido más de ocho mil sugerencias. El objetivo de este ejercicio es que temas como la raza, la orientación sexual o la identidad de género no provoquen situaciones de discriminación o queden subrepresentados y no se muestre su relevancia social, ya que el próximo censo está enfocado en mostrar la diversidad existente en los Estados Unidos.
Aún con mayores antecedentes, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, órgano encargado de la elaboración de estudios sobre la población española, ha elaborado encuestas desde la década de los 80 para conocer la percepción sobre la diversidad sexual en el país. El primer ejercicio de ese tipo se enfocó en psiquiatras y psicólogos para saber si consideraban o no a la homosexualidad como una enfermedad, y en los noventa se hizo otro para conocer la opinión pública sobre la unión entre personas del mismo sexo. Estos ejercicios han continuado durante las dos primeras décadas de esta centuria. También se han realizado estudios con respecto a la percepción sobre la identidad de género o a situaciones de la vida cotidiana con respecto a las poblaciones LGBT y a la convivencia con otros sectores de la sociedad.
En su más reciente estudio sobre personas LGBT, el CIS mostró que 78 por ciento de la población se asume como heterosexual, siendo la nación con mayor apertura al tema, pues en promedio, más de 80 por ciento de las personas, a nivel mundial, se asume como heterosexual.
En América Latina, durante la segunda década de este siglo, se aplicaron varias encuestas sobre discriminación y violencia hacia los sectores LGBT o acceso a sus derechos en Chile, Ecuador y Perú. En el caso chileno, en algunos ejercicios estadísticos ya se ha preguntado por la identidad de género o la orientación sexual de la persona. En el de Uruguay, en 2017 se dio a conocer el Censo Nacional de Personas Trans, para mostrar su situación y saber el porcentaje de población que se asumía como tal. Tras la polémica suscitada por la exclusión de las categorías de identidad de género u orientación sexual en el censo nacional de Brasil, a mediados del año pasado se presentaron los resultados de la primera encuesta sobre bisexualidad y homosexualidad, que arrojó que alrededor de 2.9 millones de personas se identificaron como diversas. Otros países como Argentina han anunciado que para su próximo censo se incluirán preguntas relacionadas con la diversidad sexogenérica.
Los datos de la Endiseg indican cierto avance en cuanto a la posibilidad de una vida digna para quienes son parte de las poblaciones LGBT, sin embargo, también advierten sobre los rezagos en algunos rubros, por ejemplo, el laboral, donde casi un tercio de participantes refirió haber recibido un trato desigual.
Radiografía de cuerpa entera
Además de la cantidad de personas LGBT que viven en el país, otra de las grandes dudas es su rango de edad. La Endiseg 2021 arrojó que más de 50 por ciento tienen entre 15 y 24 años de edad, por lo que se agrupan dentro de lo que sociológicamente se ha dominado como centenials o generación z, caracterizados por haber nacido a finales del siglo pasado o comienzo de este y ser nativos digitales, así como apelar por la responsabilidad social y el emprendedurismo.
En cuanto a actividades, 61 por ciento indicaron contar con trabajo (por lo menos una hora), 20 por ciento señaló ser estudiante y 14 por ciento declaró dedicarse a los quehaceres de su hogar o al cuidado de sus integrantes. Uno de los bloques de la encuesta está enfocado a la autopercepción, mostrándose que la primera infancia y la adolescencia son las principales etapas en las que las personas se dan cuenta de su orientación sexual y de su identidad de género, pues 77.5 por ciento de la población se dio cuenta de su orientación y 82.7 por ciento de su identidad. En poco más de 80 por ciento de los casos, los padres y madres de familia les aceptaron, respetaron y respaldaron. Aunque también, una de cada 10 personas LGBT fue obligada por sus padres a acudir con un psicólogo o una autoridad religiosa
Del universo de personas LGBT contabilizadas en este ejercicio, 11 por ciento se identificó como indígena y casi cuatro por ciento como afrodescendiente, además de que casi 50 por ciento de entre quienes tienen de 15 a 29 años están estudiando algún grado escolar o universitario.
En cuanto a salud, sobre todo emocional, casi 30 por ciento ha pensado o ha intentado suicidarse al menos una vez en su vida, y de este porcentaje, la mitad afirmó haberlo hecho por los problemas derivados de que se conociera su orientación sexual o identidad de género. También, alrededor de 80 por ciento afirmó tener o haber tenido un problema emocional recientemente, siendo los principales el estrés (88.7 por ciento), seguido por angustia, miedo o ansiedad (64.9 por ciento) y la pérdida o aumento de apetito o peso (60.9 por ciento).
Los datos recabados indican cierto avance en cuanto a la posibilidad de una vida digna para quienes son parte de las poblaciones LGBT, sin embargo, algunas otras cantidades advierten sobre la necesidad de trabajar en algunos rubros. Por ejemplo, el laboral, donde casi una tercera parte refirió haber recibido un trato desigual, o a nivel sociedad, ya que 67 por ciento manifestó haber sufrido algún acto de discriminación. Y 50 por ciento opinó que en el país hay poco respeto a sus derechos humanos.
Esto representa todo un reto, con ciertos avances, pues casi 60 por ciento de la población general mexicana está a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero aún se requieren esfuerzos para continuar construyendo una sociedad igualitaria e incluyente, que a nivel censal, tiene como desafío incluir a las poblaciones LGBT en el próximo censo de 2030.